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Shadowhunters sigue sin sorprender a nadie en esta temporada

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(Madrid, 04 de septiembre, Okuroku Webzine).- Cuando una serie que ya se había ido de los rieles de la historia original hace mucho tiempo sigue empeñada en realizar cambios inesperados, ya es hora de dejar de asociarla con la obra oficial en la que “está inspirada”. Ya esto no es inspiración, es un insulto a la obra original, Shadowhunters.

Vamos a ser honestos aquí. Le di en exceso oportunidades a Shadowhunters. Incluso me sentí emocionada por los cambios de producción notorios que hubo de la temporada 1 a la 2, con tomas de localizaciones haciendo ver a la serie un poco más oficial que un simple proyecto de tercera, cambio en las espadas serafín, nuevos vestuarios y nuevos sets.

Sin embargo, mis oportunidades empezaron a verse a prueba episodio tras episodio, donde Jace sigue sin ser Jace, Clary es igual de tarada e insoportable que en los libros pero, ¡ojo!, sabe pelear sin entrenamiento alguno, Magnus es un llorón insoportable y la reina Seelie es Sarah Hyland con una peluca sacada de una tienda de piñatería.

¿Todo es malo en Shadowhunters?

Bueno, sí. Es decir, quizás hay cosas rescatables, pero siguen siendo marginales en comparación con lo que hacen que la serie siga siendo un bodrio. No obstante, me esforzaré por dedicarle un pequeño segmento a esas decisiones de Shadowhunters que quizás no fueron un absoluto desastre.

Creo que lo único que salva a la serie de no quedarse en el olvido es, en primer lugar, ciertas decisiones de casting. Will Tudor estuvo a cargo de llevar las riendas como el malo de la temporada durante la segunda parte, interpretando a Sebastian Verlac y, típico de Shadowhunters, no se aguantaron ni dos episodios en revelarnos que en realidad era Jonathan, el hermano perdido de Clary. Pero no entremos en que la serie no puede aguantar un misterio más de un episodio y enfoquémonos en la actuación de Will Tudor.

El chico es un veterano de Game of Thrones, cuya interpretación en dicha serie fue breve, pero notoria. Con escenas muy maduras y explícitas con el personaje de Finn Jones, Loras Tyrell, pudimos ver que el actor tenía muy poco pudor, y su interpretación en Shadowhunters no deja en duda que tiene talento. Es un Sebastian algo distinto al del libro, pero su debilidad por Valentine se aprecia ya que, nuevamente, mezclaron una trama con otra y el hecho de que compartieran pantalla hacía que dos actores más veteranos y mejor estudiados que todo el resto del cast elevaran el nivel. Excepto cuando a Sebastian le obligaban a usar el traje ridículo de bebé demonio que nadie podía tomar en serio porque es horrendo.

Will Tudor como Sebastian Verlac.

Por otra parte, la actriz de Maia Roberts, Alisha Wainwright, es una Maia un poco más oscura de lo que esperábamos, pero la interpreta de una manera muy cándida y honesta. Además, su química con mi favorito, Alberto Rosende y su Simon, es indiscutible. La chica se ve increíble cuando actúa con él y el espectador de verdad se traga la idea de que se gustan.

Finalmente, Lola Flanery como la reina Seelie fue una decisión arriesgada, pero que impresionantemente, caló muy bien en sus primeros episodios. Su interpretación de la despiadada reina es perfecta, porque da mucho miedo pensar que un cuerpecito tan pequeño tenga tanta maldad por dentro.

Bien, ya que hablamos del elenco, ahora pasemos a otras buenas decisiones de Shadowhunters. En primera instancia, tomar la decisión de que la Reina Seelie fuese una niña pequeña fue curiosa, pero funcionó durante su presencia en la serie, debido a que la actriz era muy buena. El hecho de saber que un ser tan manipulador como la reina Seelie tiene la habilidad de cambiar su apariencia dependiendo de lo que quiere agrega un nivel de misterio e interés al personaje que Shadowhunters usualmente no logra.

Alex Van Sprang y Will Tudor como Valentine y Sebastian.

Hubo otra decisión que tal vez sea cuestionable, pero valió toda la incomodidad de ver a Magnus y a Valentine hacer Freaky Friday, y esa es la actuación de Alex Van Sprang como Magnus Bane. De hecho, necesito tomarme un segundo para apreciar la calidad humorística que tiene semejante decisión tan extraña. Es una de las tropes más patéticas que puedes tomar en tu serie de televisión, pero haberlo visto realizado frente a mis ojos y disfrutar de la interpretación de Van Sprang como el brujo de Brooklyn valió la pena. Honestamente, durante ese episodio no me aguanté la risa. Fue un desastre, como siempre, pero al menos fue gracioso.

Y para terminar, el OST sigue siendo absolutamente precioso. Sobre todo quiero recalcar que haber escuchado a dos miembros del cast, Alberto Rosende y Katherine McNamara interpretando canciones originales para la serie me llenó el corazón. La banda sonora estuvo de punta en blanco nuevamente, pero por desgracia, no es suficiente para arreglar todo un año de malas decisiones.

Ahora, vamos a lo serio.

¿Qué pasó esta vez?

Se los iré diciendo punto por punto. En mi artículo anterior al respecto, pueden ver por encima lo que me molestó de la temporada pasada.

1.- El exceso de runas estúpidas, otra vez

¿De verdad iban a abusar de la runa que cambia apariencias? ¿¡Otra vez!? El fandom explícitamente expresó su descontento y ellos van y la exponen el triple. Vale.

2.- Que los demonios de alto rango fueran humanos

Es decir, una de las mejores tramas de la saga de Cazadores de Sombras es la trama de Edom y la existencia y amenaza de Asmodeus, que en mi imaginación era terrorífico. En este caso el demonio mayor que vimos era un tipo de traje que mataba por diversión (y hace Freaky Friday a la gente) y no era nada amenazante, era solo un tipo más. Además, Alec lo mató en qué, ¿dos episodios?

Maia Roberts, por Alisha Wainwright.

Lo que me lleva a…

3.- La inhabilidad de mantener una trama importante por más de dos episodio

Parecen tener síndrome de Tourettes, pero en este caso, es con tramas. No pueden mantener un secreto o algo de intriga por un episodio. Jace se entera que es un Herondale ya mismo, cosa que realmente arregla su época “emo” en los libros y lo ayuda a regenerar su imagen de sí mismo, y éste Jace que es demasiado “meh”, ya tiene esa información a la mano, ¿y qué hace con ella? Nada. Porque no es de importancia en esta serie. Cuando hubo un demonio que asesinaba Shadowhunters a diestra y siniestra, duró solo un episodio. ¿Los demonios de Edom? Un episodio. ¿La ruptura de Magnus y Alec? Un episodio. ¿La adicción de Izzy? ¿Ven a lo que me refiero?

4.- Todo es anticlimático y sin razón

Creo que no fui capaz de aceptar que Clarissa “me creo la mejor” Fairchild fuese capaz de matar a Valentine ella sola, pero aparentemente en esta serie sí es capaz. Es decir, la chica lleva qué, ¿seis meses de entrenamiento? y se le abalanza a Valentine con los brazos abajo, como una niña en pleno berrinche, ¿pero yo me tengo que creer que lo mató? Venga ya.

Alec Lightwood, interpretado por Matthew Daddario, sigue siendo de lo poco bueno que tiene la serie.

Además, la muerte de Jocelyn, ¿sirvió algún propósito? No. ¿Se habló más de ella? No. ¿Valentine la quería? Quién sabe. Si había una característica interesante del Valentine del libro era su inhabilidad al momento de controlar sus emociones alrededor de Jocelyn, pero este Valentine de la serie no parece preocupado por esto.

La muerte de Jace no sirvió para más que se volviera más fastidioso que antes y además, ¿acaso alguien se creyó por un segundo que Clary no lo iba a revivir? ¿De verdad? Hubiese preferido que muriese quien realmente debía morir en los libros, pero siento que lo están reservando en caso de que se les voltee la poca fanaticada que les queda por hacer esta temporada tan repetitiva y patética.

La muerte de Valentine es lo peor que he visto en la televisión hasta la fecha, sobre todo considerando los eventos que en el libro llevan a su muerte. La muerte de Valentine en el libro es un evento de niveles épicos y en la serie, solo ocurrió en un parpadeo para pretender que Sebastian se quedaría con las riendas de ser el malo y que Clary tiene alguna habilidad. Pero, ¿de verdad les funcionará? No lo sé. Extraño el barco. Me ilusioné con el barco.

5.- El bendito espagueti

¿Tengo que explicar esto? Por favor, díganme que no. Pero bueno, si es necesario: Lo único que unía a los hijos de Valentine con él, era su increíble espagueti. Parecía un chiste repetitivo, y efectivamente se repitió varias veces, pero por el amor de dios, ¿cómo me lo voy a tomar en serio?

Y para finalizar…

6.-La peluca de Sarah Hyland (y su acento)

¿Por qué tenían que cambiar a la actriz que interpretaba a la reina Seelie? Ah, sí. Porque Sarah Hyland sale con Dominic Sherwood. Listo, dejémoslo así. La chica no sabe actuar, su acento era un desastre, y ni hablar de su peluca ridícula en la única escena iluminada en la que estuvo. ¡Next!

En fin. Podría quedarme hablando por horas de por qué ya la serie no sirve ningún propósito, pero en realidad les haría perder más el tiempo si ya la vieron. Así que les diré, nuevamente, una recomendación muy personal: Lean los libros. Necesito que Shadowhunters termine su asociación con el universo de Cassandra Clare porque no es justo que la gente piense que los libros son remotamente parecidos a este bodrio de serie.

Háganse un favor, lean Cazadores de Sombras y olvídense de esta serie, que a partir de aquí, me suena que irá de mal en peor. Pensé que con el cambio de dirección, producción y nueva imagen la serie mejoraría, pero ya perdí toda esperanza. Es una verdadera lástima que el talento de estos actores (excepto McNamara y Sherwood, que son un desastre) se desperdicie en esta serie.

Si llegaste hasta aquí, te agradezco un montón tu apoyo e interés en nuestro artículo y te invito a que dejes un comentario más abajo con tu opinión. ¡Muchísimas gracias!

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