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Ir al cine: Una experiencia capaz de llevarte a la locura (¡Siéntense y cállense!)

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(Maracay, 01 de Abril. Yakuza Webzine).- Ir al cine, como toda actividad que involucre la presencia masiva de público, puede ser una experiencia enriquecedora o frustrante al punto de llevarte a la histeria. Soy una persona paciente, pero el comportamiento de algunos de mis congéneres humanos en las salas de cine me lleva a tener fantasías secretas en las que los hago desaparecer definitivamente de la existencia. No lo tomen a mal, no tengo tendencias psicópatas, al contrario, pero a veces provoca.

Cuando vas al cine, en lo que supongo que es un mal universal y no solo de Venezuela o Latinoamérica, te encuentras con una fauna de individuos que, para facilitar la lectura, dividiré en diferentes grupos de acuerdo al comportamiento molesto del que hacen gala. Creo que la escena que mejor escenifica mi odio aparece en el film God Bless America… ya verán por qué.

Los bromistas imbéciles

¿Nunca les ha pasado que están en el cine, en medio de una película de autor o que la crítica ha ensalzado como potencial ganadora de premios y un grupo de inmaduros se las arruina? Para hacer más gráfica la descripción lo explicaré con un ejemplo. En 1996, cuando contaba con tan solo 16 años fui a ver El Paciente Inglés en un cine de Valera, Trujillo, Venezuela.

Era un film largo, quizás un poco lento, pero una auténtica joya que arrasó con premios y taquilla. Allí estaba yo, solo un adolescente viendo un film quizás muy adulto para mí. Otro grupo de jóvenes de mi edad, algunas filas más atrás cuchicheaban sin cesar, se reían y luego, en un punto de la película iniciaron una batalla campal, lanzándose cotufas (palomitas de maíz) entre sí. Parece un cuento, pero es verdad, eso si pasa en nuestras salas de cine y es una vergüenza.

Los comentaristas y los preguntones

Otro elemento de la fauna de los cines son aquellos que no saben cerrar la boca. Entiendo que hagas algunos comentarios en plena función ¿Quién no lo ha hecho? Pero otra cosa es hacerlo durante todo el film y además, soltar spoilers porque casualmente es la segunda vez que vas a verla.

Algunos juegan al crítico de cine y empiezan a mencionar los encuadres que consideran erróneos o los cortes de edición que creen pudieron mejorar. Puede que sus comentarios sean todos muy acertados pero ¿Pueden callarse la boca por amor a Dios?

Eso nos lleva con la contraparte de los comentaristas, los preguntones. Aquellos que no paran de preguntar cada pequeño detalle que no entendieron en pleno film. Esto pasa con mucha frecuencia cuando hay gente tan insensata que se arrastra a ver una secuela sin tomarse la molestia de ver la película anterior así sea pirata.

Los atravesados y los inquietos

Este grupo merece un poco más de consideración. No siempre es su culpa. No por ello no deja de ser molesto ir al cine y que cuando la película lleva unos 20 minutos de empezada un montón de tarugos te obliguen a moverte para dejarlos sentarse. ¿Qué no ven a qué hora es la función? Cierto, muchas veces los culpables son los que venden las cotufas y dulces que son unos lentos sin remedio, pero igual me perturban la vida.

Otro tanto pasa con los inquietos, esos que se mueven y se mueven, bien sea adelante o detrás de ti y o no te dejan ver bien o golpean repetidamente tu asiento. Sé que con el fin de maximizar ganancias los cines dejan muy poco espacio entre asientos, por eso puedo perdonarlos un poco, pero algunos provoca pararse y pegarles con un bate (Ok, no, no hagan eso).

Los que no les alcanzó para el hotel

Este grupo particular los considero una autentica molestia y no porque tenga algún problema con las manifestaciones de amor en público, al contrario, me parece muy bien que una pareja se demuestre amor. Un pequeño beso o dos en la función no está mal, pero ¿Besuquearse toda la función y a veces hasta meterse mano? ¿Me están cargando? (como diría un argentino).

Sé que muchos adolescentes recurren a la oscuridad de una sala de cine para besarse, pues las chicas les da vergüenza en la calle o no tienen dónde meterse a hacerlo. A esos chicos los perdono, si bien odio que irrespeten al cine como forma de arte al hacer eso (a menos que sea un cine porno), pero a los adultos no y a la chica que no me dejaba ver El Viaje de Chihiro tampoco.

Si, un ejemplo personal. Cuando ese film llegó a las salas de cine venezolanas ya yo lo había visto años antes en DVD, pero no resistí la tentación de verlo en la gran pantalla. Entonces estaba en la universidad y una chica se auto-invitó a ir a verla conmigo. Si, la chica me resultaba atractiva, pero el hecho de que buscara insistentemente que yo la besara en plena función, no. Terminé dándole gusto un minuto o dos, a ver si me dejaba terminar de ver la película en paz.

Los incontinentes

En este grupo entran dos categorías diferentes de personas que salen corriendo de las salas de cine. Están los que no esperan las escenas post-créditos y los que salen antes de que siquiera el film acabe, lo cual para mi es imperdonable.

En 1963 un film llamado “De Rusia con Amor” incluyó por primera vez aquello de: Tal personaje regresará en. Se trataba de James Bond. En 1978, Superman también tenía una frase similar, anunciando su segunda parte. No había una escena per se, pero se grabó, aunque no se usó finalmente.

La primera escena real post-créditos fue en la película de los Muppets en 1979, con intenciones humorísticas y así se le usó en muchos films de los ochentas. De allí en más se les empleó de diferentes maneras, pero la que lanzó el actual esquema de usarlas como enlace entre películas de franquicias planificadas con antelación fue Matrix Reloaded en 2003.

2003 por amor a Dios. Este año serán 11 años y desde que el Universo Cinemático de Marvel inició, es una cosa de todos los años. ¿Es que estos tarados no pueden esperarse un momento o al menos salir con cuidado para que uno pueda ver en paz las escenas adicionales? ¡Santo Dios! ¿Se están orinando o qué?

Pero peor aún son quienes ni terminan la película. Díganme loco, pero todo lo que empiezo busco terminarlo, sin importar que pasen años y años, si puedo terminarlo lo termino. Mi cabeza no concibe salirse de una sala de cine, por mala que sea la película. Vi hordas escapar de Kill Bill, de Seven, de The Game, de Irreversible (es dura, lo sé), de la Pasión de Cristo, de Lost in Translation, de Water World (bueno… ok, lo entiendo un poco) y hasta en Avengers, lo crean o no, vi a un par que se fueron (espero que fuera por una emergencia médica).

¿No hay respeto? El cine es arte, si, incluso esas malas películas que nunca debieron ser hechas son producto del duro trabajo de un equipo, talentoso o no. Si pagaste la entrada paga el precio y ve la película completa.

¿Algún personaje de los cines que olvidé? ¡Menciónalo en los comentarios!

Por Sensei Agot (@senseiagot)
Foto: Darko Entertainment

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