Harry Potter and the Cursed Child: Un mal viaje a Hogwarts

(Lechería, 7 de Agosto de 2016. Yakuza Webzine).- Después de un año y medio vuelvo con ustedes a traerles mi opinión – que nadie pidió pero es importante porque yo digo que lo es – acerca de las aventuras de Harry Potter y lo que sucedió 19 años después de que venció a Lord Voldemort. Si, The Cursed Child.

Soy fanática de todo lo que tiene que ver con Harry Potter. Releo los libros al menos una vez al año, tengo ítems de coleccionista, y si me hiciera un tatuaje pueden estar seguros de que sería algo relacionado al tema. Creo que si tuviera una hija la llamaría Hermione, y cuando tenga una nueva mascota pueden estar seguros de que se llamará Dobby. Así que como buena fanática había estado esperando este libro con ansias. Como buena fanática sé que puedo ponerme extremista, así que intentaré ser lo más balanceada posible.

“Harry Potter and the Cursed Child”, o “Harry Potter y el Legado Maldito” como se titula en español, es un viaje de nostalgia para la generación que creció con Harry Potter, que si bien satisface nuestra necesidad de volver a ese mundo mágico en el que pasamos tantas horas sumidos, carece del toque que define la escritura de J. K. Rowling y que es un elemento que identifica la saga. Aquí le echaré la mayor parte de la culpa a Jack Thorne, quien escribió este libro (que para los que no lo saben está en forma de libreto teatral), pero sin duda la Reina también tiene responsabilidad, pues la historia es suya, y fue ella quien supervisó al libretista en esta creación.

Entrando en el tema, “Harry Potter y el Legado Maldito” es, como la saga que la precede, una historia que celebra la amistad y la lealtad. En esta ocasión los amigos en cuestión son Albus Severus Potter (nunca perdonaré a Harry por ese nombre), el segundo hijo de Harry y Ginny Potter, y Scorpius Malfoy, el único hijo de Draco Malfoy y su esposa, Astoria. Estos dos chicos, a pesar de la historia entre sus padres y sus familias, se hacen amigos de inmediato apenas se encuentran en el tren hacia Hogwarts cuando tienen once años, y a pesar de la interferencia de todos, su amistad se mantiene.

La historia inicia en el epílogo de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, cuando Harry despide a Albus en el Andén 9 y ¾, repitiéndose lo que ya sabemos: Harry le dice a su hijo que no importa dónde lo ponga el Sombrero Seleccionador, debe sentirse orgulloso de ser quien es, y que si tanto le preocupa, el Sombrero tomará su elección en cuenta. Hasta aquí, todo bien.

Este es el momento en el que, si no han leído el libro, les pido que se detengan, porque vienen spoilers, y no me hago responsable por lo que puedan leer, ¿entendido?

¡Por supuesto que Albus termina en Slytherin! ¡No había que ser físico nuclear para predecir eso! ¿Con el odio que sentía Harry hacia la casa de verde? Lo único que falta es que las fantasías de las fujoshis fans de Harry Potter se hagan realidad y Albus y Scorpius se enamoren para que internet explote. No hubiese sido extraño, considerando el apoyo de Rowling hacia las minorías LGBT, pero en esta historia tanto Scorpius como Albus tienen su toque de romance hetero (Scorpius está enamorado de Rose, la hija de Hermione Granger y Ron Wesley) y Albus se enamora de un nuevo personaje llamado Delphi Diggory.

Pero me desvío de mi punto…

La historia de Cursed Child es… un desastre

Albus y Scorpius son adolescentes descontentos e inconformes con su vida y el legado que les dejaron sus padres, así que se van de aventura luego de robarse un peligroso artefacto, un Giratiempo que estaba en poder del Ministerio de Magia, para arreglar lo que según ellos fue una injusticia, y en el transcurso de sus aventuras lo único que logran es empeorar la situación y traer de vuelta la misma oscuridad que sus padres lograron detener. Entonces tienen que volver en el tiempo para arreglar sus errores y por favor, alguien que lleve a esos niños a ver Terminator y Volver Al Futuro y les explique que con el tiempo no se juega.

La razón de la existencia de este Giratiempo en Cursed Child es un Deus-Ex-Machina que me da dolor de cabeza, pero es peor cuando Harry y Draco consiguen la solución al problema que causaron Albus y Scorpius. Es una explicación tan barata que no se justifica que exista, algo como esto:

• Harry Potter: ¿No se supone que todos los Giratiempos fueron destruidos por el Ministerio de Magia?
• Draco Malfoy: No los Giratiempos ilegales…

Y esto es lo que más me molesta, que en los siete libros cada misterio estaba tan bien explicado y engranado con los demás eventos, que la existencia de estos huecos en la trama me da tristeza. Todo el libro se siente como un fanfic, y de verdad, los he leído mejores.

Intenta respetar a los personajes y no lo logra del todo

Harry es el Auror Jefe del Departamento de Seguridad Mágica y sigue teniendo el temperamento de siempre, aunque me molestó profundamente que no entendiera la importancia de la amistad entre Albus y Scorpius, tomando en cuenta su propio pasado. Hermione es ahora Ministro de Magia y sigue siendo la eterna sabelotodo. Ron es más que nada la comedia que hace falta y Draco es… Draco. Menos antipático, pero más o menos el de siempre. Albus y Scorpius se leen como lo que son, dos adolescentes unidos por una profunda amistad que raya en lo yaoi (¿recuerdan “Free!”? porque es algo así) con líneas que me sacaron verdaderas sonrisas, aunque en ningún momento demuestran ninguna característica de Slytherin (estoy convencida de que les hubiese ido mejor a ambos en Hufflepuff).

El villano de turno, meh, más interesante es Dolores Umbridge (quien hace una aparición en todo su rosado esplendor). He visto esa idea mejor desarrollada en foros de Reddit que en Cursed Child. Ni hablar del plan del villano, hasta Dobby hubiese tenido una idea mejor – y que Merlín lo bendiga, pero Dobby no era el creyón más brillante de la caja.

Claro que todo esto es basándome en mi lectura del libreto. Imagino que mi reacción si tuviese la oportunidad de ver la obra en escena sería diferente, sobretodo porque el guion es bastante sensorial y eso afectaría completamente mi percepción de los hechos (eso de ver a los dementores descendiendo del techo y sentir frío mientras eso sucede sería genial). El texto en sí no es muy largo, tiene 320 páginas, pero al tener formato de libreto se lee mucho más rápido que un libro normal. Por los momentos sólo está disponible en inglés, pero estará a la venta en español a partir de septiembre de este año de la mano de Editorial Salamandra, quienes trajeron los siete libros anteriores a nuestro idioma.

Al final, Harry Potter and the Cursed Child es una historia de amistad, lealtad y amor familiar que nos recuerda por qué los libros de la Reina J. K. Rowling fueron, son y probablemente seguirán siendo un compás moral para generaciones. Pero si quieren satisfacer sus necesidades pottéricas sin afectar su bolsillo, les prometo que en internet encontrarán historias mejores.