Dimension W: Un anime sin pretensiones que entretiene

Dimension W

(Lechería, 16 de septiembre. O’kuroku).- Finalmente pude terminar de ver el anime de Dimension W y debo decir que disfruté los 12 episodios; y tengo curiosidad de ver lo que sigue.

Este anime basado en el manga de Yuuji Iwahara está situado en un mundo donde se ha descubierto una cuarta dimensión llamada “Dimensión W”, la cual permite que se use energía de forma ilimitada, mediante el uso de unos dispositivos llamados “coils”.

No obstante, lejos de desarrollar todo el tema de un mundo donde el suministro de energía es ilimitado (y miren que allí las posibilidades son infinitas); la serie prefiere no ser ambiciosa y se centra en la vida de Kyouma Mabuchi, un superviviente de la última gran guerra, quien por alguna razón odia todo lo relacionado a los “coils”. Él no recuerda nada del incidente final de la gran guerra y sólo quedó grabado en su mente su odio por los “coils”.

Por esas circunstancias del destino, Mira Yurizaki, un robot sumamente avanzado se cruza en su camino y ambos terminan trabajando como recolectores, rastreando y decomisando “coils” ilegales.

A partir de aquí, podemos ver las aventuras de esta pareja dispareja, donde ella busca ser aceptada por él y él no para de aborrecerla por representar lo mismísimo que él odia.

Lo positivo es que la trama a pesar de pecar de poco ambiciosa, está bien estructurada y ambos protagonistas están bien desarrollados. Poco a poco, la historia va desvelando los motivos por los cuales él detesta los “coils” hasta que finalmente se cierra el círculo y Kyouma se ve forzado a enfrentar su pasado y sus demonios.

Además, la animación cumple muy bien su trabajo y tenemos secuencias de acción bastante buenas; sin mencionar que los personajes secundarios son interesantes, caso de Loser y su hija, por citar algunos. El diseño de personajes es atractivo y la música ambienta muy bien las distintas situaciones que vamos presenciando en la pantalla.

El resultado es una experiencia entretenida que motiva a querer ver cada uno de los episodios, aunque no paremos de pensar que no se está explotando debidamente la premisa. Además, el final no es un cierre definitivo, sino la conclusión de un arco argumental; sin embargo, la trama central del protagonista y su compañera sí que concluye, así que tengo curiosidad de ver que es lo que sigue ya que es territorio desconocido.

La dirección está muy bien pues logra mezclar todos los elementos en un buen producto. Además, la enorme química entre Kyouma y Mira es una de las grandes bases sobre las cuales descansa este anime; y aquí Kanta Kamei jugó muy bien sus cartas para potenciarla.

Mi única queja es ese opening donde ponen a Kyouma a bailar. Sinceramente está totalmente fuera de lugar, pues lo sacan por completo del personaje. Durante el anime no se muestran indicios de que él sea capaz de hacer algo así. Eso sí, en el Ova se reivindicaron y colocaron en esa parte del opening a Mira, quien durante todo el anime demostró que era la candidata perfecta para esa secuencia.

En resumen, una serie divertida que se ve rápido, son apenas 12 episodios y un Ova, que no busca ser memorable, pero que logra con mucho éxito mantener el interés de quien la vea con una trama interesante y con potencial y con un excelente dúo protagónico.

Por Shougo Amakusa (@shougoamakusa)