(Madrid, 15 de Febrero. O’kuroku).- Cuando Netflix anunció que estaría produciendo directamente varios anime este 2018, no pudimos evitar preocuparnos. Después de todo su primer «intento» fue Neo Yokio. Pero si Devilman Crybaby es la señal de los tiempos por venir, podemos respirar tranquilos.

Basada en el manga de Go Nagai, Devilman Crybaby tiene una historia que resultará familiar a los amantes del anime de más edad. No por nada la obra original es de 1972, con múltiples adaptaciones al anime en una serie y varias OVAS. Este artículo llega tarde. Tenía varias semanas pensando en que escribir para esta reseña, porque básicamente ya toda la comunidad ha hablado y el veredicto no puede ser más positivo.

Para algunos, pese a que ni siquiera había terminado enero cuando se estrenó, es el anime del año. Una afirmación atrevida y quizás prematura, pero que tiene cierta credibilidad. Dirigida por Masaaki Yuasa, conocido por su trabajo en obras como la aclamada Mind Game (2004) y más recientemente por Tatami Galaxy (2010), Ping Pong (2014) y Space Dandy(2014), Devilman Crybaby es toda una declaración de intenciones.

El demonio ha llegado

Akira Fudo Devilman Amon
Akira en su forma del demonio Amon

Utilizando una versión más mainstream de su peculiar estilo de arte y animación, Yuasa nos lleva por un viaje apocalíptico en el que nadie está a salvo de los demonios, tanto reales como figurativos. Devilman Crybaby es una serie que nos ataca desde todas direcciones y nos enfrenta a lo peor de la naturaleza humana. Pero también nos muestra su lado positivo en personajes como Akira Fudo o Miki Makimura, el interés romántico de Akira y su razón para conservar la cordura. No obstante, ante la profunda oscuridad que se anida en el corazón de humanos y demonios, es imposible salir ileso de este viaje lleno de violencia y sexo de 10 episodios.

Para quienes no están familiarizados con la obra original de Go Nagai, en Devilman la humanidad está bajo amenaza por la aparición de una raza de demonios. Seres dominados por sus más bajos instintos que se apoderan de cuerpos humanos para luego dedicarse a matar y devorar a otros. Ryo Asuka, el mejor amigo de Akira, cree que la forma de exterminarlos es exponiendolos y por eso convence a nuestro protagonista de acompañarle a una fiesta en la que ataca a muchos de los presentes, buscando atraer a los demonios. Ante el peligro, Akira es poseido por el poderoso demonio Amon. Pero al conservar su bondad y humanidad, le domina y usa sus poderes para eliminar al resto. Así nace Devilman, quien jura derrotar a los monstruos para proteger a la humanidad.

Un muy cambiado Akira, más atractivo, más voraz y salvaje, emerge de la transformación. No obstante su naturaleza sensible y amor por la humanidad siguen intactos. Tanto que sigue siendo muy propenso a las lagrimas cuando ve sufrir a alguien. Sigue siendo un alma compasiva y por eso domina al demonio interno. Una alegoría de lo que ocurre con muchos demonios de la vida real, incapaces de controlar sus peores impulsos.

En ese sentido la obra original de Go Nagai, aunque perturbadora y con un final francamente deprimente, es en el fondo una experiencia aleccionadora.

Devilman Crybaby no es para los débiles de estomago

Pero por mucho que ese sea el mensaje tras este anime original de Netflix, lo cierto es que no es una serie para cualquiera. En cierto sentido, es una obra que pertenece a otra era del anime. A finales de los 70 y durante los 80 había mucho más anime como este. Sangriento, aterrador, con ideas provocativas y un singular apetito por la destrucción. Eran los tiempos de Akira, de Guyver, Violence Jack. Como medio, el anime era bastante más atrevido, tanto en sus películas, como sus OVA’s e incluso en la televisión. Incluso series inofensivas como Dragon Ball se permitían ser mucho más gore.

No es que hoy no se conserven esos elementos, pero en general se ven en productos emitidos a altas horas de la madrugada en Japón. En general, el anime es ahora mucho más comedido en lo que se refiere a la violencia y el sexo… Entre comillas, claro. El que busca encuentra, si esos son sus gustos. Pero en el caso del manga de Devilman, no es solo la violencia gráfica, sino las ideas detrás.

En Crybaby se moderniza la historia original, adaptándola a estos tiempos de redes sociales, fiestas rave y raperos. Pero esta obra, que definitivamente no es para los débiles de estomago, no usa sus perturbadoras imágenes de manera gratuita. Hay un propósito y es eso lo que la hace especial. Es dar un vistazo a lo más desagradable de la humanidad. Es asomarse al abismo de un modo superficial, sin riesgo. Por eso la serie juega con nuestras expectativas, pasando de momentos de exagerada sexualización con senos botando como si fueran pelotas de baloncesto a escenas en las que seres humanos son devorados vivos por demonios.

Esta serie insiste de forma casi imprudente en mostrarnos como somos capaces de perseguir y matar a quienes no entendemos, a los diferentes. Ya se trate de humanos u otros devilman, que como Akira no son malvados. Es una clara comparación con la intolerancia y odio que abunda en redes sociales, y cada vez más en las calles a la luz del sol.

Aunque su origen es un trabajo con más de 40 años de historia, Devilman Crybaby se siente moderna y diría que novedosa si no fuera porque no lo es. Con esta serie Netflix ha demostrado audacia, aprovechando al máximo la ventaja que le da el no ser una cadena de televisión convencional. Devilman Crybaby es una serie que para muchos será mejor ignorar. Habrá quien la critique por su extraña animación y por su historia tan poco convencional, pero es una prueba irrefutable de que el anime es también para adultos. Lo hace ya sea subvirtiendo prejuicios sobre la masculinidad o dandole un giro total a la clásica historia del héroe.

Además, por todo lo que consigue dejarnos boquiabiertos y asombrados de lo lejos que se atreve a llegar, también consigue romper el corazón del espectador de un momento al otro. Insisto, no es para todos y hay que tener la mentalidad adecuada antes de empezar a verla, pero si bien no me atrevo a llamarla «la mejor del año» tan pronto, sin dudas es una candidata.

Lo que le quita el 10

Pero por todo lo bueno que he dicho de Devilman Crybaby, no puedo cerrar sin ser completamente honesto. La longitud de la serie le juega en contra y le quita puntos. Ciertamente este es un problema que también padece el manga original. Con solo 5 volúmenes es difícil establecer una relación con muchos personajes, entre ellos Miki, quien tiene un peso mucho menor en la obra original.

La perdida de muchas vidas pierde impacto por esta razón en el manga, y el anime sufre del mismo mal. Es difícil sentir empatia por personajes que no llegas a conocer del todo. Mientras que el anime original, pese a sus 39 episodios, no adapta el final real del manga, establece muy bien las relaciones entre personajes. Este si que nos da el verdadero final, pero su ritmo es endiabladamente rápido.  Tanto, que alcanza su resolución de una manera abrupta. 

Además, en su loable intento de visibilizar a muchos personajes secundarios -sin duda tratando de contrarrestar el problema ya mencionado- narra de forma muy superficial el efecto que tiene en la sociedad la aparición de los demonios. La sola revelación de su existencia lleva a los humanos de la serie a una espiral destructiva demasiado abrupta, que si bien puede parecer realista, no sigue un proceso. Aunque quizás giro sobre el mismo punto: la serie necesitaba más episodios. 

No obstante, reconozco que aunque eso le haría narrativamente más cohesiva, le restaría impacto a la visceralidad de verla de una sentada. De todos modos se me queda en un sólido 9 y mi recomendación de verla, si tienen la disposición de tolerarla.

Summary
Devilman Crybaby es una experiencia visceral que nos lleva a explorar el lado más oscuro de la humanidad y sus demonios. Sufre un poco por su brevedad, pero no deja de ser sin duda una candidata a lo mejor del año... aunque apenas esté empezando.
90 %
Excelente
Calificación del Usuario 3.88 ( 2 votos )
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