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Bleach, el manga que perdió su camino para nunca volver a encontrarlo

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Bleach Kurosaki Ichigo 50 aniversario de Shonen Jump

(Madrid, 18 de Agosto. O’kuroku Webzine).- Cuando Bleach inició en 2001 con el capítulo titulado Death and Strawberry, inició su camino a la gloria y al foso. Ahora, 15 años después, cerró con ese mismo título.

Desde que empezamos con este sitio web uno de los artículos más solicitados ha sido una crítica de Bleach y ahora que ya ha concluido podemos hacerlo. Pero no será cualquier crítica. Será un análisis pormenorizado del manga de Kubo Tite, recalcando las fortalezas de la obra, sus debilidades y un balance general.

Información general

Bleach empezó su publicación en la Shonen Jump Semanal el 20 de Agosto de 2001. Su concepción se debió al deseo del autor de dibujar a un Dios de la Muerte o Shinigami, vestido con Kimono.

De esa idea inicial surgió Kuchiki Rukia. Luego de la cancelación de Zombie Powder, Tite envió el concepto de Bleach a Shonen Jump, solo para ser rechazado. Akira Toriyama vio su propuesta y le envió una carta a Tite para motivarlo. El resto es historia.

Inicialmente concebida como una serie corta, con una duración máxima de 5 años, Bleach se volvió tan popular que Tite tuvo que considerar ampliar su universo. Así surgió la estructura jerárquica de la Sociedad de Almas, los Arrancar y otros elementos como la paternidad de Ichigo.

Su título, Bleach, fue seleccionado luego de pensar en Black, por la ropa de los Shinigami, “White” y luego el actual, en referencia al liquido blanqueador y como un juego por el cabello de Ichigo, cuyo naranja natural es mal visto, pues al inicio creen que se lo decolora.

A la fecha el manga ha vendido 82 millones de copias, lo que lo ubica como el 18 más vendido de todos los tiempos. Nada mal para una historia con tantos problemas.

Del inicio de Bleach a la Soul Society

Bleach

Cuando el manga empezó, lo hizo con una colección de pequeñas historias y arcos argumentales breves en los que se introdujeron diferentes conceptos. Conocimos a los Shinigami, los Hollow, a los Quincy y vimos como era la vida diaria de Ichigo lidiando con lo sobrenatural.

La introducción de Grand Fisher y los Menos Grande, fueron los puntos culminantes de esta primera etapa, antes de dar paso a la primera saga en condiciones: La Sociedad de Almas.

Una vez entramos al complejo mundo de la Sociedad de Almas, Bleach adquirió un sentido de propósito, recibió una expansión enorme en su reparto e iniciaron los Power-Ups de Ichigo. En principio no había ninguna explicación para su enorme talento, pero eso llegaría luego.

Esta saga siguió el patrón clásico de un arco de rescate de un personaje. En el mejor estilo de Saint Seiya vimos a Ichigo, Chad, Orihime e Ishida entrar en la “boca del lobo” para rescatar a su amiga Rukia.

El reparto creció y ahora había personajes para todos los gustos. En consecuencia el fandom creció, pero ya se empezaban a notar problemas ¿Qué hacer con un reparto tan grande en el futuro? Sin embargo esta saga se manejó de una manera brillante y concluyó en un punto enorme, con la mejor revelación de un villano en la memoria reciente.

Aizen saltaba al olimpo de los grandes villanos del manga y anime con solo quitarse los lentes y echarse el cabello hacia atrás. Pero ahora el listón estaba muy alto.

Saga Arrancar y Hueco Mundo

Las expectativas al final de la Soul Society eran altas ¿Qué pasaría con Aizen? ¿Qué causaba los cambios que experimentaba Ichigo? En lugar de mantener la condición de Ichigo como un híbrido entre Shinigami y Hollow como algo único, o al menos limitado a dos o tres ejemplos, nos presentan a los Vaizādo.

Se trata de un grupo de 8 personajes que en principio son de origen dudoso y que luego pasan a engordar el creciente cast del show. Durante un largo tiempo la serie va preparando un conflicto entre las nuevas fuerzas de Aizen, los Arrancar y las fuerzas de la Sociedad de Almas, Vaizādo e Ichigo.

Los Arrancar… otro enorme grupo de personajes con diferentes rangos y orígenes, cada uno de los cuales fue explicado y detallado, introduciendo aún más carga en el argumento. Eso normalmente no sería malo, pero Bleach construía una Torre de Babel sobre la marcha.

En esta saga se nos habló de los rangos de los Arrancar y se planteó una escala del 10 al 1, siendo el 1 el más poderoso… hasta que ya no era así sin explicación alguna. De todos los Arrancar solo dos lograron tener un rol satisfactorio en el argumento, la Sexta Espada, Grimmjow Jaegerjaquez y la Cuarta Espada, Ulquiorra Cifer.

¿El resto? Lastre argumental, mucho hype y poco desempeño, en especial los más poderosos. Y eso sin olvidar que además estaban los Privaron Espada, o Ex Espadas. De esos solo importa Nelliel Tu Odelschwanck.

Una vez más la historia caía en el familiar recurso de una saga de rescate. Ahora de Orihime Inoue, convertida en el McGuffin superpoderoso que negaba la realidad… al menos por ahora.

El Final de Aizen

Pese a problemas de ritmo y la creciente cantidad de personajes en el reparto que luego eran prácticamente olvidados. Bleach seguía conservando su propósito. El establecimiento de Aizen como el gran villano lo hacía posible.

Una vez Orihime cumple con su rol de Plot Device para hacer aun más poderoso a Aizen, pasamos al ataque final del villano junto a sus Espadas en una versión falsa del Pueblo de Karakura.

Allí los Espada empiezan a caer y finalmente ocurre la pelea final entre Aizen fusionado con el Hōgyoku e Ichigo. La larga lucha parece que nos dará la esperada conclusión de Bleach y ocurre con el sacrificio de los poderes del personaje.

Lamentablemente el Gran Villano se había convertido en una mariposa amorfa en esta batalla final, restándole seriedad a la lucha, por épica que resultase. Sin embargo, podía considerarse que Bleach seguía siendo un manga digno de su fama.

Pero esa misma fama obligó a que continuara. Y continuar sin dirección ni propósito no tiende a ser bueno.

Saga del Shinigami Substituto

Hacer que Ichigo pierda sus poderes para luego recuperarlos siempre fue un Leitmotiv de la obra de Tite. Obligar a su protagonista a levantarse del suelo una y otra vez para poder proteger a sus seres queridos fue el patrón a seguir.

Ese y los constantes powerups y nuevas habilidades. Durante esta saga se introdujo a más personajes y el reparto increíblemente enorme y casi imposible de manejar de Bleach volvió a crecer.

Ahora fue el turno de los Fullbringer de la organización Xcution, encabezados por Kūgo Ginjō. Su clase de poder provenía de su afinidad con los poderes espirituales, pero fuera de eso se trataba de humanos.

Esta saga intentó volver a repetir el truco que tan bien funcionó con Aizen, haciendo que el personaje que creíamos bueno terminara siendo el villano de la saga. Una revelación que tuvo mucho menos impacto, por la manera tan convulsa en la que pretendieron hacernos dar vueltas en un circulo, usando como señuelo a Shūkurō Tsukishima.

Al final, el propósito de esta saga fue regresarle los poderes a Ichigo para que los perdiera y los volviera a recuperar en dos minutos. Un patrón que ya se volvía no solo habitual, sino repetitivo.

La Guerra Sangrienta de los Mil Años

Finalmente llegamos a la saga final de Bleach, que inició en 2012, justo cuando el anime fue cancelado, y se extendió hasta hoy. Con sus flashbacks, idas y venidas, y por supuesto, muchos más personajes para el reparto.

Al inicio esta saga lució prometedora. Finalmente se dieron respuestas a algunas preguntas y empezó a presentarse un nuevo misterio. De algún modo Kubo Tite logró sembrar la ilusión de que todo lo que había ocurrido desde el principio de su obra estaba relacionado y de hecho había el proverbial “Foreshadowing” que tanto se aplaude a otros autores.

Sin embargo, el gigantesco castillo de naipes que levantó el mangaka finalmente cedió bajo su propio peso. ¿La razón? Demasiados hilos arguméntales abiertos y demasiados personajes con los que no sabía que hacer.

Los Quincy fueron los villanos de turno, pero todo, desde el lugar donde estaban ocultos tras mil años, hasta la naturaleza misma de sus nuevos poderes, fueron pobremente explicados e introducidos. El background de algunos personajes no tiene mucho sentido dentro del argumento de la historia central y la suspensión de la incredulidad que se exige para poder encajar los hechos en la línea de tiempo es tal que causa dolores de cabeza.

No obstante, no se puede negar que el hype alrededor de Yhwach resultaba intrigante.

Nótese la similitud del nombre del personaje con el tetragrámaton YHWH o Yahweh. No por nada su habilidad era A de Almighty, el Todopoderoso.

Pero entre los más de 20 nuevos villanos, los conflictivos cambios de personalidad de algunos de un capítulo al otro y los power ups sin fin en cada bando, esta saga se fue desmoronando. Su inicio prometedor pronto se convirtió en tedio y desesperanza por el destino de la serie, culminando en el duelo final de Yhwach, Ichigo y Aizen.

El Epilogo

Los capítulos 685 y 686 le dieron un epilogo a la larga historia de altibajos de Bleach y en cierto sentido fueron satisfactorios. En la Sociedad de Almas, años después del final del conflicto, vemos como se ha reorganizado el Gotei 13 y se insinúa un regreso de Yhwach.

La ceremonia de ascenso de Rukia a Capitán es un gran momento, pues se le da conclusión al arco del personaje. Aunque su ruta para llegar allí no solo fue accidentada sino que contrasta de mala manera con la de Abarai Renji, quien inexplicablemente sigue siendo Teniente.

En el último episodio ahora estamos en la tierra y vemos a personajes que teníamos literalmente años sin ver, como las hermanas de Ichigo o sus amigos de la escuela. Ahora está casado y tiene un hijo… al igual que Renji y Rukia, quienes en algún momento se juntaron… pero ya hablaremos de estos despropósitos.

Bleach recibió así un final feliz, donde decenas de personajes brillaron por su ausencia y donde los cabos sueltos quedaron igual de sueltos, por gracia de los problemas de continuidad del argumento de la serie.

“¿Y a quien le importa? Al menos tuvimos un final feliz.” Eso dirán algunos, pero en mi opinión ese final feliz no tiene unas buenas bases. No tiene un respaldo en lo visto durante todo este tiempo en el manga. Ahora, sin más, pasemos a las virtudes y defectos de Bleach.

Las fortalezas de Bleach

  • El arte de los Personajes: Si algo hace bien Kubo Tite es dibujar sus personajes. Fácilmente identificables, con toda clase de rostros y vestuarios. Si solo se dedicara a dibujar, igual tendría un gran éxito. En Bleach es destacable el diseño de personajes, así como sus fondos y las escenas de combate en algunos puntos.
  • Sus Personajes: La serie tiene un reparto excesivamente variado y con personalidades muy particulares. El reparto que rodea al protagonista es interesante y permite identificarse con muchos de ellos. Entre los aliados también hay personajes interesantes, aunque en su mayoría fueron concebidos para atraer la atención del público femenino, empezando por Byakuya y Hitsugaya.
  • Su Protagonista: Si bien la introducción de Ichigo no fue muy favorecedora, el personaje terminó teniendo más profundidad de la que cabía esperarse, al igual que Rukia, Renji o Ishida. Ichigo es un protagonista ligeramente diferente a lo habitual en los shonen. Pese a su apariencia era de hecho un buen estudiante, responsable y sensible a los problemas de los demás. Tenía su lado violento, pero al final su prioridad era defender a sus seres queridos.
  • Sus inicios: Al inicio Bleach fue muy prometedora. El guion estaba lo bastante bien estructurado como para llamar la atención y una vez entró en la saga de la Sociedad de Almas, el sentido de la aventura se elevó. Además obtuvo un propósito que logró mantener la obra con impulso y vida, incluso cuando su nivel bajó, luego de la revelación de Aizen.

Las debilidades de Bleach

  • Sus personajes: Si bien los personajes son una fortaleza en Bleach, también son una debilidad. ¿La razón? Son demasiados. Al final ningún personaje recibe suficiente tiempo en escena y si bien el hecho de ser secundarios les condena a ello, su presencia no puede ser elevada para luego ignorarles por completo. El mejor ejemplo es el epilogo. Multitud de personajes son obviados y no reciben ni una viñeta en el final y la razón es obvia: No eran importantes. Sin embargo, de la nada regresan algunos que teníamos siglos sin ver. Tatsuki Arisawa es uno de los ejemplos más claros. Se le presentó como la única que vencía a Ichigo en Karate y como alguien con predisposición a los poderes espirituales. Pero mientras Chad y Orihime adquirieron poderes, ella fue relegada y casi desapareció del show. Sin embargo, como la mejor amiga de Ichigo, aparece en el final. Si su historia no era importante ¿Para que incluirla en el epilogo? Tite creó tantos personajes que llegado un punto, ninguno importaba. Sólo distraían del plot principal y para más INRI apenas si se atrevió a matar a unos pocos. Lo que nos lleva a otro punto.
  • La falta de consecuencias: Es cierto que murió Yamamoto y Ukitake, así como algunos personajes secundarios. Pero en general, Bleach carece de impacto emocional, porque Tite se rehusó a matar más indiscriminadamente. Si bien es cierto que matar demasiado hace que se pierda el impacto, no hacerlo apenas hace que no se sienta riesgo alguno. Entre tanta guerra, pocos personajes perdieron la vida. Ni siquiera un capitán que agrada a pocos como Kurotsuchi Mayuri murió. Y ya que hablamos de él ¿Cómo es que Ishida puede estar en su presencia más adelante en la serie considerando que fue él quien mató a su abuelo? ¿Tan poco le duró el odio?
  • Los clichés narrativos reiterados: ¿De que va Bleach? De rescatar a damiselas en peligro y de que su protagonista pierda sus poderes y los recupere solo para volverse más y más fuerte sin ton ni son cada vez. Y no solo él. Todos tienen power ups sacados del culo. Incluso personajes terciarios muestran power ups repentinos. Y claro, siempre hay que rescatar a alguien. Primero a Rukia, luego a Orihime, luego a Ichigo. Si hubieran estado subiendo escaleras -que de hecho lo llegaron  a hacer en Soul Society- habría creído que estaba viendo Saint Seiya con Kimonos y Katanas.
  • El Romance: En Bleach nunca se llevó bien el tema del romance y eso es malo, porque en el final quisieron vendernos la idea de que Ichigo está con Orihime y le montó un muchacho… un muchachito Deux ex Machina además. ¿De donde? ¿Cómo? Es incluso más difícil de creer que los dos hijos del subnormal de Goku, porque Ichigo jamas demostró el más mínimo interés romántico real ni por Rukia ni por Orihime, las dos candidatas a ser su pareja de cara al público. Al menos en Naruto mostraron al rubio titular sufriendo por Hinata en la pelea de Pain y tomándola de la mano durante la batalla final. Y eso no es decir que el romance en Naruto estuviera bien planteado, que sabe Dios que no. ¿Pero en Bleach? Siempre brilló por su ausencia.
  • Orihime: Lo de este personaje no tiene perdón de Dios. Si bien es cierto que a lo largo de la historia se le vio cierta evolución e incluso llegó a convertirse en el McGuffin y potencial ser más poderoso del manga, finalmente fue relegada y su poder devaluado. Tanto se devaluó a este personaje que resulta incongruente que se le hiciera poderosa en primer lugar ¿De que valía su poder de negar la realidad al final? De nada. Casi ni se mencionó. Inútil hasta el final, solo pudo usar sus poderes para recuperar a Ichigo en la pelea con Yhwach porque de la nada aparecieron los Fullbringer.
  • Ichigo: Si bien es un protagonista con potencial, Ichigo también compromete a Bleach como obra. ¿La razón? Es una Mary Sue donde las haya. Parece sacado de un fanfiction. No es simplemente un humano con gran poder espiritual, no. Kurosaki es hijo de un Capitán Shinigami con una Quincy de gran poder contaminada por habilidades Hollow. El fruto de esa unión tiene habilidades de Shinigami, Quincy, Hollow, Vaizādo, Fullbringer, Supersaiyajin, Uchiha, Light Hawk Wings, la fruta Gomu Gomu no Mi y pare usted de contar. ¿La única forma de elevar las apuestas? Hacerle perder sus poderes usando cualquier excusa o creando villanos con un poder excesivo, solo para que Ichigo, como buen protagonista de fanfic de niño de 14 años, se vuelva más fuerte y le derrote.
  • Sus villanos: Los villanos de Bleach son malos. Y no me refiero a su maldad, sino a lo mal planteados y presentados que están. ¿Vieron Kabaneri of the Iron Fortress? Pues en Bleach no hay un Biba, hay decenas de ellos. Con la excepción hecha de Kurotsuchi Mayuri (digan lo que digan ese tipo es malo), Ichimaru Gin, Aizen hasta antes de convertirse en una Mariposa, Grimmjow y los primeros momentos de Yhwach, la mayoría no son interesantes. No son memorables, ni siquiera con sus coloridas personalidades y backgrounds. Y no, no me nombren al cero a la izquierda de Ulquiorra el Hollow Emo sin personalidad.

En resumen, Bleach me genera rechazo y es una pena, porque en algún punto amé ese manga. Ni hablemos de su anime, que eso es harina de otro costal, pero esta serie es una  oportunidad perdida. ¿Poderes especiales y katanas? Eso es lo mío. Pero Kubo Tite no supo mantener un hilo narrativo coherente y la tarea de tener un manga tan enorme en popularidad y tamaño de la obra le quedó grande. Ni hablemos de los asspulls y sucesos inexplicables. Ya esto tiene más de 3000 palabras y conseguir cada defecto del guion puede hacerme escribir 10 veces más.

Es una pena, este manga pudo ser mucho más.

El problema con Bleach es esa sensación de potencial desperdiciado. De ver a un buen concepto perder el rumbo y su capacidad para generar sorpresa. Al final, sin importar los giros que introdujera, Kubo Tite era incapaz de sorprenderme, de emocionarme de generarme tensión. Su obra se volvió un gran tedio.

Y eso es una pena. Le dediqué 15 años de mi vida.

Por Amilcar Trejo Mosquera (@senseiagot)
Imágenes: Bleach.com

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